La Montaña Artifical del Retiro


La Montaña Artificial del Retiro, conocida popularmente como la Montaña de los Gatos, es uno de esos rincones del parque del Retiro que pasan casi desapercibidos y que, en realidad, guarda una historia muy curiosa y poco conocida. Y como no podía ser de otra forma, en un paraje tan singular de Madrid, era inevitable que surgieran leyendas, que aún hoy siguen alimentando su misterio.

Si quieres conocer toda su historia y por qué los madrileños la llaman la Montaña de los Gatos, sigue leyendo hasta el final.


La Montaña Artificial es uno de los puntos imprescindibles incluidos en nuestra Visita al Parque del Retiro. ¡Descúbrelos Todos!

¿Dónde está la Montaña Artificial?

La Montaña Artificial se encuentra en la esquina noroeste del parque del Retiro de Madrid. La entrada al parque más cercana es la Puerta O’Donnell

En este mapa interactivo la puedes encontrar en el punto 4 de la visita al parque del Retiro.

Historia de la Montaña Artificial del Retiro


La Montaña Artificial nació en 1817, durante el reinado de Fernando VII, como parte del llamado Reservado del Retiro, un conjunto de jardines y construcciones diseñadas solo para el uso de la corte.

Su autor fue el arquitecto Isidro González Velázquez, un especialista en arquitectura paisajística, que diseñó la mayoría de los edificios del parque, como el Palacio de Cristal o el que lleva su nombre, el Palacio de Velázquez.

Aunque hoy parece un simple montículo, originalmente era una compleja estructura hidráulica. Su interior está formado por una gran bóveda que se construyó para ocultar la noria de sangre que abastecía de agua a estanques, canales y pequeñas cascadas que descendían por la propia montaña. 

En la cima se edificó un templete, desde el cual el rey podía contemplar Madrid y el recién urbanizado entorno del Retiro. 

 

La montaña Rústica del Retiro
Templete de la Montaña Artificial del Retiro – memoriademadrid

Se cuenta que Isabel II aprovechaba la altura de la colina para observar desde el templete el avance de las tropas carlistas en Madrid. Este templete desapareció, pero aún se puede observar su base.

En 1887, con motivo de la exposición de la Sociedad Central de Horticultura, se decoró su interior como si fuera una gruta, con estalactitas y rocalla e iluminada con focos eléctricos, toda una novedad para la época.

A comienzos del siglo XX fue una ampliación de la Casa de Fieras del Retiro y albergó en ella algunos animales. En la década de los 50 su estado era ya bastante malo.

Para finales de siglo su interior se utilizó como almacén y vestuario de los empleados del parque. Debido a su mal estado se planteó su derribo, cosa que al final no sucedió y en 1987, tras reformarla, se abrió parcialmente al público como sala de exposiciones.

 

Estado de la gruta de la Montaña Artificial en 1966 (Achivo digital parques y jardines Madrid)
Estado de la gruta de la Montaña Artificial en 1966 – Archivo digital parques y jardines de Madrid

Desde principios de los años 2000 se cerró al público por la gran cantidad de humedades que había en su interior y se mantuvo así durante dos décadas.

Tras una restauración estructural, la Montaña Artificial volvió a abrirse al público en 2023, permitiendo de nuevo el acceso al sendero exterior y la observación de sus cascadas y grutas. El interior también se abrió y se puede visitar cuando hay exposiciones.

En la actualidad es un lugar tranquilo, muy frecuentado por paseantes curiosos y amantes del Retiro menos conocido.

¿Sabías qué…

… La Montaña Artificial ha tenido muchos nombres?

Al principio la llamaron Montaña Rusa. Con Isabel II la conocían como El tintero, por la semejanza del templete a uno de estos. En alguna portada aparece como la montaña rústica. A partir de 1950 su nombre más popular fue la Montaña de los gatos porque los abandonaban aquí y llegaron a crear una gran colonia.

¿Cómo es la Montaña Artificial?


La Montaña Artificial es una pequeña colina cubierta de vegetación y decorada con rocalla.

En uno de sus lados brota una cascada que vierte sus aguas en una ría que rodea la montaña. A los lados de la cascada se encuentran dos esculturas de leones de la antigua Casa de Fieras, semejantes a los osos que adornan el cercano paseo de los jardines de Herrero Palacios.

Tras su restauración se conservó parte del pequeño estanque, que nos da la bienvenida al parque del Retiro por la puerta de O’donnell.

 

Cascada de la Montaña Artificial del Parque del Retiro
Cascada de la Montaña Artificial

Para subir a la cima de la montaña hay un camino que serpentea hasta lo alto, donde se conserva la plataforma en la que se alzaba el antiguo templete, hoy convertida en un mirador. Aquí se ha instalado una claraboya desde la que se puede ver el interior de la bóveda que la sustenta. 

 

Mirador de la Montaña Artificial del Parque del Retiro
Mirador de la Montaña Artificial

Desde este mirador se tienen una de las mejores vistas de la zona norte del Retiro, en las que se puede ver el estanque con la famosa Casita del Pescador y las ruinas de la ermita de San Pelayo y de San Isidoro.

 

Casita del Pescador desde la Montaña Artificial del Retiro
Casita del Pescador desde la Montaña Artificial
Ruinas ermita de San Isidoro vistas desde Montaña Artificial del Parque del Retiro
Ruinas de San Pelayo y San Isidoro desde Montaña Artificial

La entrada a la montaña artificial se restauró conservando su decoración original de cerámica con motivos marinos, un detalle muy típico de los caprichos románticos de la época.

Entrada a la Montaña Artificial del Parque del Retiro
Entrada a la Montaña Artificial

Al acceder al interior, se descubre una larga galería de ladrillo que termina en una gran bóveda circular. Entrar a la montaña es un viaje en el tiempo que te transporta siglos atrás. Todo guarda un aire misterioso, la iluminación, el hilo musical y hasta el aroma parece que cumple esa misión.

 

Pasadizo de acceso a la Montaña Artificial del Parque del Retiro
Pasadizo de entrada a la Montaña Artificial
Bóveda Interior de la Montaña Artificial del Parque del Retiro
Bóveda Interior de la Montaña Artificial

De los laterales de la bóveda salen otros corredores. En uno de ellos se encontraron vestigios de su antiguo uso hidráulico. Apareció el viaje de agua que se dirigía a la noria. 

Aunque hoy no siempre está abierta al público, en la montaña se realizan exposiciones temporales que te aconsejo ver si tienes la suerte de visitar el parque del Retiro cuando se celebren.

Galería interior de la montaña artificial con vestigios arqueológicos
Restos arqueológicos de la Montaña Artificial

Leyendas de la Montaña Artificial


Muchas zonas del parque tienen sus anécdotas y algunas se han propagado con el paso del tiempo convirtiéndose en leyendas. La Montaña de los Gatos no se libra de ellas y tiene también su leyenda.

El tesoro de la Montaña de los Gatos

Cuenta la leyenda que tras la inevitable invasión francesa de Madrid se escondió un tesoro en el parque del Retiro. Germán Cervera, un experto zahorí que dominaba la radiestesia, estaba convencido de que este tesoro se enterró en la Montaña Artificial. Utilizando sus varillas detectó que había objetos metálicos enterrados cerca de allí. 

La noticia corrió por el barrio y durante días se habló de un posible tesoro escondido por la corte de Fernando VII. El Ayuntamiento, ante esta «fiebre del oro» dio permiso para realizar excavaciones en busca de dicho tesoro.

Las excavaciones se prolongaron durante varias semanas. Cavaban y no encontraban nada. El zahorí decía «más abajo» y continuaban cavando sin encontrar nada valioso. Llegaron a cavar un foso de 18 metros y ante el peligro de que se derrumbara, el Ayuntamiento decidió parar esta locura.

Lo que al parecer detectaba eran tuberías metálicas de la antigua conducción de agua. Estas excavaciones mostraron el deterioro de las galerías interiores, lo que permitió que años más tarde se decidiera realizar su restauración.

Germán de Cervera no estaba desencaminado de que había un tesoro escondido en el Retiro ya que en 1968, unos operarios cavando en el cerramiento de la puerta de Pacífico, justo en la otra esquina del parque, encontraron el tesoro. Este estaba formado por 59 monedas de oro de Carlos III, Carlos IV y Fernando VII, con un valor de 300.000 pesetas de la época.

Esto nos hace pensar que algunas leyendas están basadas en hechos reales y como juega con nosotros el azar para demostrar que son ciertas.

La Montaña Artificial es uno de esos rincones del Retiro que muestran que el parque es mucho más que estanques y palacios. Bajo esta colina se esconde un fragmento del pasado real de Madrid, una obra de ingeniería disimulada como un capricho romántico y un lugar cargado de historias que han acompañado al parque durante más de dos siglos.