El Palacio de Santa Cruz


El Palacio de Santa Cruz destaca como uno de los edificios más icónicos del Madrid de los Austrias. Su construcción se remonta al siglo XVII, durante el reinado de Felipe IV, y ha llegado hasta nuestros días en un magnífico estado de conservación.

¿Dónde está el Palacio de Santa Cruz?


El Palacio de Santa Cruz se encuentra situado en el corazón de Madrid, en la Plaza de la Provincia número 1. Su ubicación privilegiada, cerca de emblemáticos lugares como la Puerta del Sol y la Plaza Mayor, lo convierte en un punto de referencia tanto para los madrileños como para los visitantes que recorren la capital española en busca de historia y cultura.

Historia del Palacio de Santa Cruz



La historia del Palacio de Santa Cruz comenzó en el siglo XVI. Madrid estaba en pleno auge como una de las ciudades más importantes de España. Pero ¡sorpresa!, carecía de una cárcel decente.

En 1541, el Concejo de Madrid tomó cartas en el asunto: adquirió unas casas cerca de la Plaza de Santa Cruz (llamada así por la iglesia vecina) para construir la cárcel. Tras unas rápidas obras, en 1543 se completó la construcción de la primera Cárcel de la Villa de Madrid. Así dio comienzo la historia del Palacio de Santa Cruz.

Con el paso de los años y el crecimiento de la ciudad, la prisión original resultó ser insuficiente y se quedó obsoleta. A parte de cárcel, también albergaba en sus dependencias el Alto Tribunal de Alcaldes de Casa y Corte.

Para 1621, durante el reinado de Felipe IV, la Cárcel Vieja, como se le llamaba entonces, estaba medio en ruinas y fue demolida. Se decidió construir una nueva prisión para satisfacer las demandas de una ciudad en crecimiento y una administración de justicia en constante evolución.

Los Alcaldes de Casa y Corte en 1627 adquirieron los terrenos y se iniciaron las obras de construcción del nuevo edificio. La obra avanzó rápidamente, y el 14 de septiembre de 1629 se colocó la primera piedra en una solemne ceremonia presidida por el Cardenal Obispo de Málaga.

Junto a ella, en una arqueta de plomo, quedaban depositadas diversas monedas del reinado de Felipe IV y un pergamino que decía así:

«La Magd del Rey Don Phelipe nuestro Señor Quarto de este nombre, Rey de las Españas y de las Indias, mandó hacer este edificio para Cárcel Real de su Corte octavo año de su Reynado y 1629 del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo siendo Sumo pontífice Urbano VIII y Presidente de Castilla el Ilmo.. y Rmo. Sr.. Cardenal de Trejo Obispo de Málaga que se hallo personalmente a ber poner esta primera piedra a 14 de Sete del año referido y sean patronos destas obras la Sacratísima madre de Dios y el arcángel San Miguel y Santiago patrón de las Españas.»

La nueva cárcel empezó a albergar presos en 1636.


¿SABÍAS QUÉ?

Entre los madrileños solían utilizar la expresión “dormir bajo el ángel”, para decir que alguien iba a ir a la cárcel. Esto se debe al antiguo uso del edificio, haciendo referencia a la estatua del arcángel Miguel que adorna en lo alto su fachada.


La construcción del Palacio de Santa Cruz se creía hasta el siglo XIX de Juan Bautista Crescenci, arquitecto italiano que llegó a la Corte en 1617. Sin embargo, en la actualidad, se considera de Alonso de Carbonell y Juan Gómez de Mora, quienes fueron destacados arquitectos durante los reinados de Felipe III y Felipe IV, respectivamente.

En la construcción del nuevo edificio se introdujeron innovaciones importantes, como un sistema de clasificación de presos según su sexo y peligrosidad, así como la construcción de patios para el ejercicio de los reclusos. Además, se mejoraron las condiciones de seguridad y se implementó un sistema de vigilancia más efectivo.

En 1786, tras la expulsión de los Jesuitas en cumplimiento de la Pragmática Sanción, el rey Carlos III autorizó el traslado de la Sala de Alcaldes de Villa y Corte al Convento de Misioneros del Salvador, construido por esta orden religiosa en 1658, justo detrás de la Cárcel de Corte.

Los arquitectos Mateo Guill y Bautista Sánchez fueron los encargados de remodelar el convento para convertirlo en cárcel cuando, el 4 de octubre de 1791, un incendio estalló en la Cárcel de Corte. Juan de Villanueva, Arquitecto Mayor del Reino, lideró los esfuerzos para apagar el fuego, que durante cinco días dejó la planta superior del palacio prácticamente destruida, además de causar la pérdida de gran parte de su archivo histórico y judicial.

El mismo Juan de Villanueva reconstruyó el edificio preservando su estilo original, reforzando las bóvedas y cubiertas, amplió la escalera principal e instaló nuevas escaleras de servicio.

Para los primeros meses de 1792, se completaron las obras de adaptación de la cárcel del antiguo Convento de El Salvador, y el 22 de mayo se trasladaron y alojaron a 180 presos de ambos sexos en las nuevas instalaciones.

De cárcel a Palacio de Justicia

En agosto de 1793, una vez reconstruido el edificio y trasladados los reclusos, el edificio que albergaba la antigua Cárcel de Corte cambió de función para convertirse en el Palacio de Justicia, llamado «Palacio de la Audiencia».


¿SABÍAS QUÉ?

Durante el Levantamiento del 2 de mayo de 1808 en Madrid, que marcó el inicio de la Guerra de la Independencia Española contra la ocupación napoleónica, los presos del Palacio de Santa Cruz jugaron un papel destacado en los eventos que sacudieron la ciudad.

Muchos de los presos eran patriotas españoles que, al enterarse de la insurrección popular contra las tropas francesas, se unieron al levantamiento y cuentan que regresaron todos a prisión menos dos: uno cayó muerto en la contienda y otro se escapó aprovechando el caos.


La nueva cárcel sirvió como prisión hasta 1846, año en que, debido a su estado ruinoso, fue cerrada definitivamente.

Los presos fueron trasladados a instalaciones provisionales mientras que el edificio fue subastado y en su lugar se construyeron “casas nuevas”, que serían derribadas más adelante para ampliar las instalaciones.

Hasta el año 1885, el Palacio albergó los tribunales de la Audiencia y los Juzgados de Madrid. En esta fecha, se convirtió en sede del Ministerio de Ultramar, y en los patios interiores de instalaron los bustos de Cristóbal Colón y Juan Sebastián Elcano. Esta renovación llevó consigo un cambio en los nombres de los patios, que pasaron de ser conocidos como “de la Audiencia” y “de los Calabozos” a los más ilustres de Colón y de Elcano, nombres que han perdurado hasta hoy en día.

Cuando España perdió sus colonias de ultramar en 1898, el Palacio de Santa Cruz quedó desocupado hasta 1901 cuando el Ministerio de Estado se trasladó a Santa Cruz.

Si te fijas en su fachada, verás dos inscripciones interesantes: una que dice que el edificio fue construido durante el reinado de Felipe III en el año 1636, y otra que indica que el traslado del Ministerio de Estado ocurrió durante el reinado de Alfonso XIII en el año 1901.

En 1930, el Duque de Alba, Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, estuvo al mando del Ministerio de Estado. Durante su mandato, se encargó de embellecer y modernizar las instalaciones del Palacio. Una de sus ideas más destacadas fue cubrir ambos patios con una estructura metálica y acristalada, lo que resultó esencial para hacer el palacio más habitable durante los meses de invierno. Esta obra se completó en 1932, bajo la dirección de Luis de Zulueta y Escolano.

El Palacio de Santa Cruz en la actualidad

El 30 de enero de 1938, el Ministerio de Estado cambió su nombre a Ministerio de Asuntos Exteriores, marcando así un nuevo capítulo en la historia del Palacio de Santa Cruz.

Los servicios del Ministerio de Asuntos Exteriores no cabían dentro del Palacio de Santa Cruz y estaban repartidos por edificios cercanos alquilados para tal fin. Por lo tanto, tenía todo el sentido del mundo ampliar el viejo edificio.

En 1941, después de expropiar y demoler las «casas nuevas» construidas en 1850 por Antonio Fernández Casariego en el lugar de la antigua cárcel de El Salvador, se puso en marcha el proyecto de expansión.

El arquitecto Pedro Muguruza elaboró los diseños de una nueva estructura que emulaba el estilo del antiguo Palacio, utilizando ladrillos rosados y granito procedente del Guadarrama. Dos torres se integraban perfectamente en un rectángulo equilibrado, tanto en planta como en elevación. El antiguo callejón de la Audiencia, conocido en el Madrid tradicional del siglo XVIII como «del Verdugo», se transformó en un patio interior que separaba el antiguo edificio del nuevo. Estos dos edificios estaban unidos por un pasadizo elevado, que, debido a su similitud con el Puente de los Suspiros en Venecia, era conocido por los diplomáticos con ese nombre.

Finalmente, en 1950, bajo el mandato de Alberto Martín Artajo como Ministro de Asuntos Exteriores, se completaron las obras y el viejo Palacio quedó tal como lo conocemos hoy en día.


¿SABÍAS QUÉ?

Se cuenta que entre los prisioneros que pasaron por estas celdas estuvieron los poetas Lope de Vega y Espronceda, así como el famoso bandolero Luis Candelas.


Declarado Bien de Interés Cultural en 1996, el Palacio de Santa Cruz es un símbolo de la riqueza histórica y arquitectónica de Madrid. Sus muros albergan siglos de historia, desde la justicia hasta la diplomacia, y su elegante fachada barroca continúa cautivando a los visitantes.

¿Por qué se llama Palacio de Santa Cruz?

Ya hemos visto por todos los nombres por los que ha pasado el Palacio de Santa Cruz, pero ¿Cuándo realmente se le empezó a llamar así?

Por lo visto, desde el principio, el motivo para llamarlo así estaba relacionado con su ubicación junto a la iglesia de la Santa Cruz y la plaza del mismo nombre.

Sin embargo, el misterio sobre cuándo y por qué se le otorgó este nombre persistía hasta que el Embajador Don Alfonso de la Serna lo reveló en una casual conversación en el propio Palacio.

Resulta que, en 1939, durante los tumultuosos días de la Segunda Guerra Mundial, los nombres de prestigiosos edificios públicos de otras partes del mundo ocupaban frecuentemente los titulares de la prensa. Nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores, a pesar de su importancia histórica y arquitectónica, carecía de una designación propia.

Una mañana de diciembre de ese año, durante una reunión de redacción del vespertino Informaciones, el Director Don Víctor de la Serna y Espina propuso el nombre de Palacio de Santa Cruz para titular una noticia relacionada con el edificio. Argumentó que la proximidad a la plaza del mismo nombre respaldaba esta elección.

Sin embargo, surgió una discrepancia: el edificio no estaba realmente frente a la Plaza de Santa Cruz, sino a la Plaza de la Provincia. Esto generó una firme oposición por parte del redactor que escribía sobre Madrid, y el tema quedó en pausa.

Pero el redactor internacional, presente en la reunión, quedó encantado con la sugerencia y, sin consultar a nadie, publicó el titular «HOY EN EL PALACIO DE SANTA CRUZ…» Ese mismo nombre lo empezó a utilizar otros diarios de la capital y después otras ciudades españolas siguieron su ejemplo.

Esta fascinante historia fue relatada por el propio Víctor de la Serna y Espina, bajo el seudónimo de «Diego Plata», en un artículo publicado en el diario ABC el 22 de febrero de 1958, titulado «Pequeña historia de un gran nombre».

De esta forma es como su nombre quedó establecido de forma universal.

Datos de Interés


Símbolo Ubicación ¿Dónde está?

  • Dirección: Plaza de la Provincia, 1 28012 Madrid

Símbolo Tren ¿Cómo llegar?

  • Bus EMT:  Líneas 002, 6, 17, 18, 23, 26, 31, 32, 50, 65, SE712, N26
  • Metro: Sol (L1, L2 y L3)
  • Cercanías: Madrid-Sol (C1, C2, C3, C3a, C4, C4a, C4b, C5, C7, C8, C9, C10)
  • BiciMAD: Plaza de la Provincia, Plaza de Jacinto Benavente, Plaza del Conde de Romanones

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